JULIO GRINBLATT

Usos de la fotografía IX: Mirando Morandi

16/11 al 28/12

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Mirando a Grinblatt

En la última itinerancia de su larga serie Usos de la fotografía, cuyo fin es revisar los modos de percepción habilitados por la cámara,el fotógrafo par excellance Julio Grinblatt traiciona a la disciplina y se involucra con la tradición pictórica del bodegón. Mirando Morandi es una serie de trabajos en los que rutinariamente presenta (no representa) botellas, al igual que lo hacía en sus pinturas el boloñés Giorgio Morandi.

Las presenta porque son fotogramas. La imagen en estas obras se produce por acción directa de la luz sobre las superficies sensibles, sin uso de cámara.Los objetos, en este caso las botellas, interfieren sobre el papel generando una huella, un índice, al bloquear el camino lumínico.
Mirando Morandi constituye así un doble desafío de la tradición fotográfica, a la vez que una profunda reflexión sobre ella. En la eterna relación edípica entre fotografía y pintura, Grinblatt propone una torsión disciplinaria donde se apropia de ambas, como buen hijo rebelde. Al elegir el bodegón, las piezas se inscriben en la tradición artística de la pintura y específicamente en el género que llevó a Pablo Picasso y Juan Gris hacia la ruptura de la representación a principios de siglo veinte. Explorado hasta el hartazgo desde Paul Cézanne hasta Emilio Pettoruti, el bodegón vuelve al orden con Morandi, que retoma la representación, pero no abandona la exploración formal.

La fotografía por supuesto tuvo un rol clave en el desarrollo de las vanguardias: mata a su padre, la pintura, robándole su rol de representación de la realidad pues podía hacerlo mejor, y en forma automática. Pero Grinblatt desafía no sólo al abuelo pintura sino también al padre fotografía, y usa en esta serie al fotograma, hijo bobo de la fotografía cuya técnica es mucho más simple pero que sin embargo es la única que cumple en forma completa el objetivo de verdad fotográfico: la luz y los objetos “pintan” la superficie con un índice directo dando prueba real de una presencia.

Finalmente, con la elección de Morandi, un artista que pintó durante años exclusivamente botellas explorando hasta el hartazgo las posibilidades del color y la forma, Grinblatt opta por el anti-genio de la pintura. En particular, y como buen fotógrafo, Grinblatt se fascinó por las aguafuertes de Morandi, donde la luz constituye el volumen. En su repetición obsesiva, Morandi eligió la intimidad, la disciplina, la meditación y la simpleza evitando las grandes narrativas pero provocando obras contundentes y absolutas.

Del mismo modo, el proyecto artístico de Grinblatt tiene un procedimiento metódico y un tema humilde, pero un objetivo políticamente muy poderoso. Con su serie, Grinblatt busca estimular la percepción sin mensaje en un momento de la historia en que por saturación de información la comunicación quedó anulada y se vuelve imposible. En el simple acto de observar la huella de la luz sobre estas botellas, Grinblatt propone imágenes que no son simplemente bellas, sino que nos permiten pensar por nosotros mismos.

Aimé Iglesias Lukin,
Agosto 2019

Obras

Fotograma No. 078 de Mirando Morandi
2019 Copia en gelatina de plata. Inicialada en sticker. 36,83 x 105,41 cm Edición única. (Disponible)
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Fotograma No. 028 de Mirando Morandi
2019 Copia en gelatina de plata. Inicialada en sticker, 36.83 x 105.41 cm Edición única.
Fotograma No. 022 de Mirando Morandi
2019 Copia en gelatina de plata. Inicialada en sticker, 36.83 x 105.41 cm Edición única.
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