Esta exposición presenta una selección de trabajos recientes e incluye obras sobre papel, instalaciones y objetos.
Como el título de la muestra lo sugiere, hay en el conjunto presentado un espíritu “reparador”, una especie de poética optimista.
¿Cuáles son esos otros compromisos que señala el título? Encontrar el camino, arreglar lo roto, embellecer lo cotidiano, tener la paciencia de sostener el hilo hasta comprender el sentido de estar parado sobre la esfera; dibujar otra vez el círculo, el triángulo, el infinito para, de alguna manera, intentar entender eso que llamamos arquetipo. También, en esta exposición, se podrá dialogar con “ellos”, los personajes que estuvieron en fotos, videos, dibujos, ahora presentes en el espacio real, alineados sobre el estante, representándose a sí mismos.
Existe un humor esperanzado detrás del tema de las correcciones, en esa insistencia de encontrar la fórmula para que la cosa “esté bien” y en el intento de reparar el piano, el mismo que alguna vez fuera víctima del hombre con el hacha. Esta nueva situación, que parte de una voluntad optimista, quizás podría incluirse en esa serie comenzada hace muchos años, la de los “trabajos forzados”.
Hay personajes que derraman sustancias semi-mágicas: arenas azules, polvos que brillan, una reconstrucción de un paisaje chino, un estante con platos rotos que son también un jardín (con jardinero y todo) y un pianito de juguete que está esperando que nos acerquemos a él.