LUCIANA LAMOTHE

Fricciones

24/05 al 12/06

Hasta el 11/06 se puede visitar Fricciones, la nueva muestra de Luciana Lamothe en Ruth Benzacar Galería de Arte, compuesta de esculturas, video y una instalación reciente.

La palabra fricción proviene del latín frictio y remite a la acción y efecto de rozar dos cuerpos. En el preciso momento del roce los dos cuerpos se transforman mutuamente, y es ese instante de mutación el que se propone investigar Luciana Lamothe,  al provocar la fricción del cuerpo de los materiales con el cuerpo de lxs performers, de lxs espectadores, y de la artista.

 

Los latidos de la materia

Desde hace ya una década Luciana Lamothe insiste en vincularse con la vida sensible de los materiales. Al concebirlos como cuerpos vivos, atiende cautelosamente a sus pulsaciones y latencias. Percibe la sutil actividad de los músculos y nervios de materiales presuntamente inertes, para dotarlos de vida.

Pero esta plasticidad es expuesta en el momento preciso en el que ocurre un contacto directo con otro cuerpo.

Lamothe pone en evidencia la plasticidad de la madera, material de larga data en su repertorio, a partir de procedimientos simples y efectivos que intervienen en su comportamiento, como el cambio de escala o la superposición de capas. Ya que la vitalidad de la materia es relacional, las esculturas de Fricciones son dotadas de vida en el momento exacto y fugaz en que son tocadas por otro cuerpo, el humano. Cuando el contacto termina, cuando el efímero hálito de vida cesa, el cuerpo de la madera vuelve a su estado primero: como un resorte, que almacena energía y se desprende de ella para regresar a su forma inicial, la turbulencia se aquieta.

La experiencia de transformación que engendra la obra de Lamothe no es la modificación sustancial de la materia, sino la intensificación de su elasticidad al señalar el punto de contacto entre los cuerpos como epicentro sísmico. Esta transformación no se repite de manera única e idéntica sino distinta cada vez, según la fuerza, presión, tamaño o ubicación del cuerpo que roza.

En cada una de las obras exhibidas se presentan distintas posibilidades de transformación ante el contacto. Las tablas de las estructuras que acompañan la performance Invocar el acto son flexionadas por la fuerza y presión de lxs performers, que curvan los cubos y abren las cuñas. El gran embudo de ingreso a la sala 2 se abre únicamente por el empuje de quien se adentre en él, sin la posibilidad de volver atrás. En su interés por tensar los límites del contacto entre el cuerpo humano y de los materiales, Lamothe realizó maquetas con tablas de madera donde las figuras ensayan posturas imposibles que acentúan el vértigo que acompaña, en menor o mayor medida, toda experiencia intensa. Por último, en un gesto de humor, la artista desafía su propia búsqueda de otorgar flexibilidad a materiales rígidos, para en su lugar buscar la rigidez en lo ya flexio-
nado, como ocurre en el video.

La palabra fricción remite a la acción y efecto de rozar dos cuerpos. En el preciso momento del roce los dos cuerpos se transforman mutuamente, y es ese instante de mutación el que se propone investigar Lamothe al provocar la fricción del cuerpo de los materiales con el cuerpo de lxs performers, de lxs espectadores, y de la propia artista. En ese instante se concentra el gesto mínimo que se aleja de todo concepto previo, el despojo que intensifica, la destilación que trasluce y hace emerger lo que permanecía velado: los latidos de la materia, los modos de existencia de cada cuerpo.

Ana Inciarte